martes, 16 de octubre de 2007

Disturbia

El gran Brian De Palma hizo algunas de sus mejores películas releyendo, robando, parodiando, homenajeando en clave contemporánea (contemporánea de aquellos años, los 70 y los 80) la obra de Hitchcock. Resultó ser que los elementos de la sociedad contemporánea de entonces (la industria del cine porno, el terror barato), por lo menos tal como los presentaba De Palma, tenían el curioso efecto de dar nueva vida al universo de Hitchcock. Con Disturbia ocurre todo lo contrario: un argumento calcado de La ventana indiscreta, expuesto a los personajes y el contexto de la vida moderna, pierde todo rastro de gracia. No está claro si es un problema del director, de la vida moderna o de ambos.

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